Los jóvenes no comprenden la filosofía, no porque sea muy complicada, sino porque se les escapa su «sentido», su problematicidad. ( ) Jóvenes eran los ávidos oyentes de Sócrates, Platón y Aristóteles. Es el momento de penetrar en la filosofía por medio de su historia; de empezar a hacerse las preguntas radicales -más importantes que las respuestas-, aquellas de las que depende que la vida tenga verdadero sentido y sea plenamente humana, dominada por la libertad irrenunciable, que no se somete a ninguna manipulación. Julián Marías.